viernes, 24 de enero de 2014

Los niños "buenos"

Los niños que se desviven por complacer a los adultos y que en
apariencia son excesivamente obedientes, suelen albergar en su interior profundos sentimientos de inseguridad. Buscan aprobación en una forma que a menudo es muy reforzada por los adultos que los rodean. No es infrecuente ver a adultos que siguen viviendo de acuerdo a estos patrones infantiles, que jamás pueden decir "No " a nada, que nunca parecen tener una opinión o pensamiento propios, que son tan compulsivamente obedientes y "buenos" que llegan a ser latosos y aburridos como compañía.
De lo que aquí se trata es de un desequilibrio del lado "bueno"
de la personalidad. Todos los niños desean aprobación; todos tienen dentro de sí la capacidad de ser "buenos", de seguir instrucciones y de hacer lo "correcto". También tienen dentro de sí la capacidad de enojarse, rebelarse, disentir, adoptar su propia posición y expresar sus opiniones cuando están en desacuerdo. Necesitamos ayudar a los chicos "demasiado buenos" a encontrarse a sí mismos, a descubrir aquellas facetas suyas que les parecen perturbadoras y atemorizantes.
Debemos alentarlos para que puedan escoger libremente expresarse de la manera que quieran, antes que estar enclaustrados en un solo modo de expresión. El niño que se
desvive por complacer, agota así gran parte de su energía. Está
constantemente dirigiendo su energía al exterior en vez de satisfacer sus propias necesidades. -Violet Oaklander-

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