martes, 17 de diciembre de 2013

Jugando a las Escondidas


Jugar a las escondidas es la búsqueda realizada por una persona del resto de los integrantes del grupo que se han escondido mientras esta última cuenta. 
Los juegos de ocultamiento generan y recrean ansiedades quedeben ser controladas para que el juego pueda llevarse a cabo con éxito. El cuerpo, el movimiento, los sonidos, la visión, el espacio y el tiempo, son variables que se redimensionan en los juegos de ocultamiento. 

*El Cuerpo: Para esconderse en un lugar hay que tener una mínima conciencia de la dimensión y el perímetro del propio cuerpo. Las primeras veces que el niño se oculta, siendo pequeño, debe hacer un aprendizaje particular que consiste en elegir un lugar que pueda albergar al cuerpo en forma total, y que no queden partes sin ocultar que lo delaten frente a la mirada atenta de quien lo busca. 


*El Movimiento: El ocultamiento del cuerpo requiere de inmovilidad, el movimiento en el espacio del escondite podría ponerlo en descubierto. No se trata de la distensión que produce la quietud, se trata de una inmovilidad en tensión, de una inhibición forzada del movimiento que espera para abrirse en forma explosiva corriendo a "salvar" su situación, sorprendiendo al niño que intenta descubrirlo. No se trata de quien descansa, sino de quien espera alerta para salir corriendo.
*Los Sonidos: Cuerpo inmóvil y en silencio. Todo ruido que se produzca puede ser usado por el buscador para orientarse en el espacio y descubrirlo. Los sonidos son indagados,
interpretados, al igual que los sonidos que se escuchan desde el dormitorio en la mitad de la noche. Los ojos y la boca pueden cerrase, el cuerpo se inmoviliza, pero el oído no puede cerrarse ni inmovilizarse naturalmente. Aquí el cuerpo se orienta con relación al sonido que percibe.

*La Visión: Para el buscador, la escondida implica una pérdida del control visual del otro, de quien se esconde, su tarea es encontrarlo sin alejarse del lugar donde ha contado, en cualquier momento y desde cualquier lugar puede aparecer el otro para cantar el salvo. Para el que se esconde también hay una pérdida del movimiento y de la palabra, debe desaparecer ante la mirada del otro, para esto se agrupa, se contrae, se estira, contiene la respiración. Es una vivencia de inquietud, de tensión. Quien está oculto no sabe cuándo y por dónde va a ser descubierto, de la misma manera que el que busca ignora la ubicación del otro. En algunos niños esta situación de quietud, de silencio y de pérdida de la visión no es tolerada, y es ahí cuando son descubiertos.

*El Espacio: Las escondidas redimensionan el espacio, no son ingenuas las puertas ni los rincones, el niño busca en qué lugar tendrá cabida su existencia pronta a ser descubierta. La elección del espacio es parte esencial de la estrategia. La cercanía o la lejanía del lugar que se establece como piedra o salvo puede garantizar el éxito, así como también un buen lugar demanda de una elección previa y esta elección implica tener en cuenta no solamente el lugar para esconderse sino el trayecto que luego hay que recorrer hasta el lugar designado como "salvo".

*El Tiempo: Durante el juego, la primera vivencia de temporalidad está en el lapso destinado a esconderse, en el tiempo que el buscador tarda en contar. El niño que no se esconde en este lapso queda descubierto. No sólo es necesario esconderse por entero, inmóvil, en silencio y en un espacio estratégico, sino que es necesario hacerlo en un tiempo determinado. Una segunda problemática se presenta cuando hay que salir de este lugar, para tener éxito hay que hacerlo en un momento preciso.
Las escondidas son juegos de tensión y distensión; de ausencia y presencia; de repliegue y despliegue del cuerpo; de ver y no ver; de luz y tinieblas; de soledad y compañía; de buscar y ser buscado; de exploración y descubrimiento de los espacios; de silencio y ruido; de impresión y expresión; de movimientos lentificados y acelerados; de encuentro, reencuentro, desencuentro. -Daniel Camels-